En 2005, me embarqué en un viaje para encontrarme con Gustavo Suárez (QEPD) en el pueblo de Jardín, con el objetivo de fotografiar el Colibrí del Sol (Coeligena orina), un colibrí que había redescubierto. Mi objetivo se logró unos meses después con la ayuda de Gustavo.
Colibrí del Sol (Coeligena orina)
Mi pasión por fotografiar colibríes comenzó a los 12 años inspirada por una edición de National Geographic de 1966 y cerró el círculo cuando mis fotos aparecieron en la revista en 2007. Los fondos generados por esta misión permitieron la creación de la Reserva Natural Mesenia-Paramillo cerca de Jardín para salvaguardar el Colibrí del Sol, en peligro crítico de extinción. Hoy en día, la reserva abarca 3500 hectáreas (7700 acres) y es un refugio para el 20% de las especies de aves conocidas de Colombia, con 408 registradas hasta la fecha.
Impulsado por la riqueza de la biodiversidad encontrada en los Andes, amplié mi enfoque a anfibios, reptiles, mamíferos, invertebrados y plantas. Durante los últimos 15 años se han confirmado 100 especies nuevas para la ciencia y más de 100 están esperando confirmación. Cifras bastante asombrosas, pero sólo representan una fracción de lo que queda por descubrir. Mi desafío personal es registrar y describir estas nuevas especies abogando por la protección y conservación de estos ecosistemas.
Andinobates cassidyhornae, primer especie de vertebrado descrita de RNMP.
Los Andes, que superan la biodiversidad del Amazonas por unidad de área, deben mucho a los bosques de niebla que proporcionan las condiciones ambientales para esta riqueza de especies. Además, los bosques de niebla juegan un papel crucial en la condensación y captura de humedad. En el exuberante dosel de un bosque de niebla, los musgos y plantas epífitas desempeñan un papel vital en la captura de las goticulas de agua en el aire cargado de humedad. Con sus adaptaciones únicas, como estructuras especializadas y texturas superficiales, actúan como eficientes recolectoras. Los musgos poseen estructuras delicadas y ramificadas que crean una gran superficie para la retención de agua, mientras que las plantas epífitas utilizan intrincados sistemas de raíces para absorber la humedad directamente del aire. A medida que la niebla envuelve el bosque, estas plantas interceptan las pequeñas gotas, canalizándolas hacia sus raíces o estructuras especializadas donde pueden ser absorbidas y utilizadas, sustentando el vibrante ecosistema del bosque nuboso y generando importantes cantidades de agua que dan origen a manantiales naturales que alimentan numerosas cuencas hidrográficas en los Andes.
Niebla que envuelve el bosque de niebla en RNMP.
De uno de estos manantiales naturales en la cuchilla Jardín-Támesis surge NEBLINA H2O. Los expertos calculan un viaje de más de un siglo a través de las capas de sedimento y roca que enriquecen naturalmente el agua con 60 minerales, nutrientes y oligoelementos. Cada gota contiene niveles adecuados de sodio, magnesio, calcio y otros minerales importantes en perfecto equilibrio. Más allá de su composición única, el pH neutro de 7 del agua, imbuido de las frecuencias armoniosas y calmas del bosque de niebla, contribuye a la salud y bienestar.
Te invitamos a saborear NEBLINA H2O, no solo una experiencia refrescante sino también una contribución a la conservación y la investigación científica a largo plazo en la Reserva Natural Mesenia-Paramillo. ¡Salud!
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